Los Pumitas que partirán en apenas diez días a Francia –con un nuevo sueño mundialista bajo el brazo– tienen un plantel de veintiocho jugadores. El más chico en edad de todos es jugador del club Los Tilos (URBA) y como dice la canción de los Rolling Stones, es un «2000 man». Ignacio Mendy nació ese año y su apellido tiene historia Puma. Una historia coronada por un try antológico a los Wallabies en Vélez que data de 1987 y que tiene una carrera y una pisada hacia adentro ídem que anotó su papá, Cristian.
«En el club he jugado de Centro y de Apertura, pero acá estoy como Fullback. Todos los puestos me gustan» dice Ignacio a quien apodan Kiki.»Mi papá obviamente que me felicitó y se puso muy contento. Enseguida me dijo que quiere que disfrute el momento, que lo use como experiencia para el futuro y que lo aproveche en todo sentido«.
Apenas indagamos si ha charlado con su papá sobre lo que significa vestir la camiseta nacional y lo que implica llegar a ella, dijo «Sí. Me contó que antes era muy diferente. Que cuando él jugó en Los Pumas a fines de los años 80, si un jugador estaba medianamente entrenado y jugaba razonablemente bien en su club, podía ir derecho a Los Pumas. Hoy, él me ve entrenar y ve los esfuerzos además de míos, de los que vamos al Pladar, del de toda la familia… Sabe que si hoy no te esforzás, no te entrenás, no te alimentás correctamente y no descansás bien, si no hacés todo eso, las chances son muy pocas y qué, además, das ventajas aún jugando con tu club con chicos de tu misma edad. Hoy, sólo con la calidad de un jugador no alcanza. De eso hoy nos damos cuenta todos los que estamos acá«.
Como era de prever, explica que «El rugby me gusta mucho, sin llegar a ser una fanático que ve todo. Obviamente, mi familia también está muy relacionada al rugby, mis amigos son del rugby… todo eso hace que lo viva con pasión» dice Ignacio, que también sabe que «yo soy el más chico del plantel. Sé que ahí doy un poquito de ventaja, pero espero poder estar a la altura si me toca jugar y no desentonar. Yo me tengo confianza en que si me toca, voy a poder hacerlo bien«.
Todos lo definen como un jugador talentoso y versátil. En octubre, Ignacio podría también tener una posibilidad única, que sólo él podría llegar a tener: la de estar en un mismo año en el plantel que va a representar a la Argentina en un Mundial y en Juego Olímpico, ya que Ignacio también puede formar parte del plantel del Seven que disputará los YOGBA 2018 (Youth Olympic Games Buenos Aires 2018), juegos que, como los olímpicos para mayores, se llevan a cabo cada 4 años. Este año la sede será la Ciudad de Buenos Aires.
«Si, es verdad… Podría representar al país en los Olímpicos. Estuve entrenando con el equipo, he participado de Concentraciones Nacionales con el Seven y ojalá tenga las dos opciones este año» dice, y agrega que «Ya ir al Mundial es una meta cumplida, que no estaba en mis planes. Y si me toca jugar los Olímpicos, ni hablar. Son dos cosas importantísimas y que combinadas, sólo pueden pasar una vez en la vida y me encantaría poder disfrutar ambas«.