Los Teros es uno de los cinco clubes fundadores de la Unión de Rugby de San Luis (2004), y uno de los diez que hoy forman parte de la institución puntana. Pero para conocer su historia, hay que remontarse unos años más atrás, precisamente a 1998 cuando inició el sueño de esta institución.
Fue un 14 de agosto, cuando Juan Merino, en ese entonces Profesor de Educación Física de la Escuela Lucio Lucero, presentó ante las autoridades de su colegio, un novedoso proyecto educativo que consistía en agregar a las actividades escolares, un taller de rugby para los alumnos de la institución. Quienes asistían a dicho taller de “finalización de estudios”, no debían cursar la materia Educación Física en la escuela.
Así empezó todo. Con un pequeño grupo de siete estudiantes que se animaron, incentivados por Merino y apoyados por el Centro Educativo, a dar sus primeros pasos en el rugby.
Los primeros entrenamientos de “Lucio Lucero Rugby” (así se llamaban en ese momento) se desarrollaron en las instalaciones del Ejército Argentino en San Luis. “Conseguimos el permiso de el G.A.D.A. para poder entrenar ahí, y ahí empezamos. Cuando no podíamos hacerlo ahí nos juntábamos en el patio de la escuela o en el Parque de las Naciones; pero siempre nos juntábamos a entrenar” comenta Juan merino, quién todavía recuerda perfectamente el nombre y las caras de esos primeros siete jugadores.
“Cada vez que íbamos a entrenar al Ejército, teníamos que enfrentar un serio problema. En el descampado donde nos tocaba entrenar, había siempre una pareja de teros, que al parecer tenían su nido en el lugar. Cada vez que nos veían llegar, nos atacaban. Esto sucedió una y otra y otra vez. Un día, en una reunión, cuando empezamos a soñar con el nombre del club, nos decidimos por Los Teros, en memoria a esos dos pajarracos que atacando, defendían muy bien su terreno, sus huevos, su lugar”, agrega Merino, quién en el 2004 se convirtió en el primer presidente electo del club, cuando la institución logra el reconocimiento de Personería Jurídica.
La historia del club está cargada de memorables anécdotas, como así también de numerosos terrenos en los que intentaron levantar la institución. Tras un paso por el G.A.D.A., al Escuela, Parque de Las Naciones, El Puente Derivador y Puente Favaloro, llegaron al Barrio Amppya, donde logran dos grandes pasos: armar su primera cancha con medidas oficiales, y el título de “Campeón de la Unión de Rugby de San Luis”.
“Hay grandes momentos en el club. No puedo olvidarme cuando salimos campeones por primera vez, del torneo que armó la URSL. Fue con la primera categoría en nuestra cancha. Una cancha que la armamos con mucho amor, y que a pesar de que tenía una mezcla muy grande de piedra, pasto, arena, tierra y espinas, era nuestra casa y la cuidábamos como tal. Ahí jugamos nuestra primera final y la ganamos. Al año siguiente, con un gran grupo de jugadores y de dirigentes volvimos a repetir y logramos el Bicampeonato. Sin dudas los momentos más lindos y felices de la institución”, recuerda su primer presidente.
Lo que comenzó en el 1998 como un taller de Rugby, y que en el 2005 se convirtió en un verdadero club gracias a un grupo de padres que decidieron seguir adelante con el proyecto, día a día fue tomando más y más color.
Sin dudas que los campeonatos del 2009 y 2010 fortalecieron a una institución que poco a poco comenzó armar sus categorías infantiles y juveniles y que luego se convirtió en un club impulsor del rugby femenino en San Luis.